Mi memoria es esquiva, como el aire en las esquinas,
y va cubierta de nieblas.
Por mi memoria pasaron las ciudades milenarias
y la arrugada orografía
de sus paisajes abrasados por el tiempo;
Sus gentes de mirar incierto,
derruida su vida, por el miedo y el olvido.
Hombres que ofrecieron sacrificios a los dioses
recibieron por su esfuerzo la memoria del olvido.
¡Mi memoria va cubierta de nieblas!
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