¡Oh, pereza...!
Tus divanes orientales me seducen
y tu piel de felpa
arrobador ensueño de gamuza.
Terciopelo que confunde la conciencia,
que adormece en sutiles ensueños
puliendo el alma a la quietud del cielo
y a la música de alas sin flagelo.
¡Oh, pereza...!
De rosas y de gamuzas te ficieron
y agiliza, apresta, aguza
a todos los que por ti son y fueron.
Tu eres todo, y nada y algo...
a la abulia arrobadora azuzas
relajando el músculo a este hidalgo
que en su herética quietud te erige un algo.
Y eres pendón de mi orgullosa ensueño
que en un báratro de alfombras y de cielo
se erige majestuoso, vago y mudo...
Tus divanes orientales me seducen
y tu piel de felpa
arrobador ensueño de gamuza.
Terciopelo que confunde la conciencia,
que adormece en sutiles ensueños
puliendo el alma a la quietud del cielo
y a la música de alas sin flagelo.
¡Oh, pereza...!
De rosas y de gamuzas te ficieron
y agiliza, apresta, aguza
a todos los que por ti son y fueron.
Tu eres todo, y nada y algo...
a la abulia arrobadora azuzas
relajando el músculo a este hidalgo
que en su herética quietud te erige un algo.
Y eres pendón de mi orgullosa ensueño
que en un báratro de alfombras y de cielo
se erige majestuoso, vago y mudo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario