martes, 3 de enero de 2012


Mi Vecino.

Lo vi ayer, por el camino
Como siempre, con su perro,
El mejor de sus amigos.
Va despacio, pensativo,
Arrastrando su destino
Además de su cojera.

Mira frio, desconfiado,
Frunce el seño, huraño el rostro

y los hombros encorvados;
Yo lo miro de reojo,
Su vestido hecho jirones,
Ropas sucias y gastadas,
Raídas y transparentes,

Sin forma y ennegrecidas,
Tanto, que el tiempo anda confundido…
Siempre me lo encuentro
A lo largo del sendero.
Le saludo inclinando la cabeza.
El no responde, solo mira con cansancio
Desandando su camino, con su perro,
Que me ladra con la cola entre las piernas.
Y como su amo, se desplaza a la orilla de la senda;
Su ladrido es una queja no pretende intimidarme.
Y su amo, arrastrando su cojera,
Y un dolor que lo acongoja y le corroe la conciencia,
Se sostiene en un bastón de olivo,
Decorado en negros nudos…
Ayer. Después de mucho pensarlo, lo aborde,
Me miro con suspicacia…
Pero hablamos de la vida, de la suya y de la mía,
Pero el ya la conocía…
Y yo de él nada sabía.
Me llamo por mi nombre de pila,
Murmuro mi edad entre los dientes
y sonrió… No te preocupes me dijo,
Los años no pasan en balde…
No soy sabio, mas soy viejo…
Ya tú sabes lo que dicen
Mas sabe el diablo por viejo”…
Yo lo esquivo y le pregunto
Para evitar la salmodia,
¿Qué piensa de los políticos?
Unos farsantes”, me dice.
¿Y los curas?
Ya lo sabes.
Mienten siempre los canallas.
-Los políticos y los curas
Hijos de puta son…-
¿Estás casado?
No, nunca lo he estado,
Me responde con hastió,
Vivo con una moza,
Angelita yo la llamo,
Es tan vieja como yo,
Es muy activa y me cuida,
¡Angelita es un fenómeno!
Pero vivimos en pecado…
Con malicia nos reímos
Del pecado original.
Y hablamos de la suerte
Y de la muerte también…
No nos pusimos de acuerdo:
En la suerte no creía
-¡Traicionera es la maldita!-
Mucho dinero he dejado
En timbas y traga perras…
Y la muerte no existía,
Pues si morimos, me dijo,
Solo los demás lo saben…
Mire usted y de la suerte,
Basta con que nos miremos,
Usted parece un oligarca
Y yo parezco un mendigo,
Solo una cosa nos une
El amor por la poesía
Recitemos a machado, a Lorca y a Juan Ramón…
Tímidamente le digo
Ahora escribo poesía….
Vaya, hombre, me contesta,
Que buena noticia me has dado,
Tráeme tus poesías…
Le dije que sí, que claro,
La próxima vez que te vea
Las traeré en el bolsillo
Y nos despedimos con un apretón de manos.
El se fue por el camino
Arrastrando su cojera
Iba alegre, y su perrillo,
Conocedor de su dueño,
No dejaba de ladrarle… 
Yo entre tanto, corro aprisa,
Al estudio de mi casa
A escribir este poema….


Carlos Herrera Rozo