lunes, 16 de febrero de 2009

ORACIÓN


Señor,
Amanece,
La aurora blanca y gris
Cubre el paisaje,
Y el viento,
Sonríe ,canta silba
En cada zarza,
Detrás, mi loco corazón
palpita acelerado…
Silencio, silencio,
Y el olvido avanza.

Señor,
¿Por qué la luz incierta?
¡Silencio!
No es olvido, es abandono,
Es la hora nona,
La hora del vacio,
La hora en que el grito
Se ahoga en la garganta,
El amargo instante
En que se cierran los labios para siempre
Y mudos nos perdemos en la nada.
Silencio, silencio,
Y el olvido avanza…

Señor,
¿ para qué la vida?
Mis ojos devoran el paisaje sorprendidos…
¡candidez de los niños!
La inocencia se pierde en un segundo
Y la sonrisa ingenua,
Como la flor cortada,
Mustia y marchita pronto muere…
Silencio, silencio,
Y el olvido avanza…

Señor,
Ya nada espero,
La esperanza murió de desespero,
Y yo, sin rumbo cierto,
Perdido el norte,
El sol en el ocaso,
une mi pena a su silencio
Y cubre su larga sombra proyectada
Sobre mi anodina existencia
Y apacigua la bestia del olvido…
Silencio, silencio,
Y el olvido avanza…

Carlos Herrera Rozo.