domingo, 17 de diciembre de 2006

EL RETRATO


Llegue al hogar
pero no estabas...
¡Ni las cenizas había!
En un rincón
solo un recuerdo,
un icono votivo:
Un niño de cabellos brunos
y una mujer esbelta
de caderas de alas,
que en otros días,
de tiempos idos,
en tibias noches

warhol


una rosa encendida
mitigo mi deseo.
La altivez del retrato
desafía mis sentidos
y el cojín de tus sueños
me recuerda tu hastío
de encontrar mi mirada rota
por tus caricias esquivas.
Tu sonrisa de niña,
tu mirada inocente
y el niño de cabellos brunos
esconden el acíbar
que beberé hasta la muerte.
¿Cuanta falta nos hace
que la lumbre se encienda?
¿Que los hijos nos miren
como a padres amantes?
Que en la mesa encontremos
la alegría de otros días,
el gorjeo de los niños,
tus abrazos, tus besos...
del hogar nada queda,
ni cenizas había...

No hay comentarios: