martes, 26 de diciembre de 2006

V E J E Z


No sé porque, con la cabeza cana,
no seguimos mirando
con esperanza hacia el futuro
y vivimos entusiasmados el presente
con el animo dispuesto
y el corazón alegre.
Pero no.Volvemos atrás,
a los recuerdos,
a la nostalgia de la juventud
y de la infancia...
Y van surgiendo,
de las pobladas nieblas,
las historias y los rostros,
en lugares distintos
con caras amables
o amargos desencuentros.
Los lugares en la memoria
son los mismos,
-hoy cambiados por el tiempo y la distancia-
y de pronto,
la luz de la conciencia
nos hace comprender que los recuerdos
son los fantasmas sueltos,
la instantánea de una fotografía
con la que no podemos hablar,
que la mirada que nos mira desde dentro
esta congelada
en la distancia y en el tiempo...
Verdad es que al mirarlos
tenemos la grata sensación
de reconciliarnos con la vida y con los muertos,
y aveces, también con la conciencia...
Al vivenciar de nuevo lo vivido,
al hacer arder la carne
en las ascuas del pasado
y creer un breve instante
en la metamorfosis de vivir,
en carne viva,
la inmortalidad del flash
de la instantánea,
del recuerdo fugaz
que aun viajando hacia el pasado,
se muestra pertinaz en el presente.
No queremos comprender
que los recuerdos,
cuanto mas vivos mas duelen
y nos impiden gozar
del presente y del futuro
anclando el alma
en la nostalgia y el olvido...





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