martes, 26 de diciembre de 2006

U N H O M B R E

Tener sed de sufrimiento,
de cólera, de odio,de dolor,
de excitación sin tregua,
de terror súbito, de ansiedad y pena,
de amar y ser amado.
Estar transidos de dolor ante las injusticias
y preferir la ironía y la maldad
a la satisfacción de la mediocridad
de los pobres de espíritu.
Rechazar la esclavitud de la conciencia ante la tiranía
y la cobardía que nos corroe las entrañas
y nos obliga a poner la rodilla en tierra
ante los poderosos.
Vivir asediado,
perseguido, herido,
desangrado y mutilado
antes que vivir apaciblemente imitando a los muertos.
Bordear todos los abismos
de lo sublime a lo monstruoso,
llevar las manos manchadas de sangre,
tener un hijo,plantar un árbol y escribir un libro.
No dar sosiego al espíritu para construir un mundo
y disputar palmo a palmo su posesión
para ser dueño de su propio destino.
¡Ser libres!
Y entender que la libertad es la medida del ser...
y el milagro del lirio del alba.

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