martes, 26 de diciembre de 2006

SOLO PARA TUS OJOS

Tu rostro placentero,
tu apacible frente,
tus ojos soñadores,
¿tendrán lugar
para un recuerdo mio?
Este cuento,
recuerdo de otros días,
de otras noches
de clara luna,
bullía en mi mente.
¡Rielaba, entonces, su luz
sobre las olas!
¡Abril temblaba como la carne mía!
El universo sacudía mis odres
como el eco en el tiempo,
como la voz de un sueño...
Y tuve miedo
a que llegara la noche,
y con ella,
el esplendor perdido del estío,
y el embate,
la locura del viento y la tormenta.
¡Busque en mis recuerdos
las palabras mágicas
para no escuchar el huracán violento!
Hallé refugio en el alma del niño,
en el suave fuego del hogar paterno
y en el caballito de madera
de mis ensueños... y,
¡arre! ¡arre! ¡arre!,
por nostálgicos paisajes;
y en las muñecas desmelenadas
y desnudas
de tanto hacer de cariñosos padres...
Y por fin,
Hados graciosos,
¡En el arco iris de tu fantasía!
Mujer, tu pones el color,
la luz, la forma...
Yo, solo un cuento...


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