miércoles, 27 de diciembre de 2006

A MI SOMBRA


Sombra,
pegada a mi existencia vagas
por los extraños senderos del recuerdo.
¡Tu y yo entre las sombras!
Y tu risa y mi risa se entrelazan
en el umbroso camino de la angustia...

Sombra,
Tu, como yo, en el recodo de un camino incierto
perdimos, en el juego de la vida, la cordura,
y con ella, el equipaje que llevamos dentro.
¡Brindemos por el dolor o la alegría
de haber perdido la razón un día!

Sombra,
Olvidemos por un rato este tormento
de mirar, sin asombro, nuestras ruinas.
Ya poco queda de los lozanos días
en que nos burlamos del mundo y de la vida
y convertimos en jolgorio nuestras penas.

Sombra,
Nada nos queda.
¡La luz en los ojos solo es niebla
y avanzamos sin luz hacia el abismo!





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