lunes, 11 de diciembre de 2006

A UNA NIÑA MUERTA

Estamos junto a ti, tu estas distante...
Pero no, no has partido. No. solo en tu mirada
se refleja la lejanía de la muerte
y una vaga mirada casi ausente.

Tus manos blancas están quietas
y ya no puedes moverte...

Y aquí quedamos nosotros
en el paisaje, ahora triste,
hilando pobres canciones
para que un día tu regreses...

Y cerraremos los ojos.
absortos, mudos para verte,
allá en el país al que viajas
de donde nunca más se vuelve.

Y ya no tendré entre mis manos
tus manos mínimas y suaves.
Y ya no veré aquí en la tierra
el pálido puro de tu frente...

Ya no dormirás con tu Madre
la pesadilla de tu fiebre
y estará solo el crepúsculo
y añoraremos la muerte...

En esta noche callada
te elevare mil plegarias
y estaremos junto a ti
aun que tu estés distante...

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