martes, 12 de diciembre de 2006

AYER NO EXISTE

¡Hace frió!
En los bosques húmedos de otoño,
al llegar de los primeros vientos,
vuelan sobre las ramas
y llorosos musgos,
rojas, doradas, variopintas
las marchitas hojas...

De matices grises
se vistió el paisaje
y al extenderse el suave tul
en los espacios,
cubiertos de olvidadas hojas,
le dan un tono incierto, misterioso,
carnavalesco adiós
para el verano muerto.

Hay algo en la nublada tarde
que es el recuerdo de ayer,
de lo que ya no existe...
Los años van pasando
y van dejando
profundos surcos
grabados en el alma.

-El ayer no fue mejor
ante el mañana-

Es el grave peso de las hojas
al desprenderse de sus viejas ramas.
Es su secreto aroma ya extinguido.
Son sus colores desteñidos idos
que evocan sin cesar tiempos mejores.

-La vida es una lucha
que diariamente va dejando heridas,
heridas que acaban
por matar a los heridos...-

La bruma cae.
Hay un silencio lúgubre
como el color mustio del bosque.
Bajo mis pies,
las trepidantes hojas secas,
con sus colores y perfumes idos,
me recuerdan vagamente
que el ayer no existe...


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