lunes, 18 de diciembre de 2006

NADA, NADA NOS QUEDA.

Nada, nada, nada,
nada nos queda,
todo se ha ido.
La luna pálida
y el recuerdo de tu cuerpo
rendido bajo el follaje
de los abetos.
Nada, nada, nada,
nada nos queda
ni los besos,
ni los mimos,
ni los abrazos
bajo la luna plateada
entre los abetos.
Nada, nada, nada,
nada nos queda
ni un gemido,
ni un deseo,
ni una lágrima ni un beso,
solo tu cuerpo sobre la hierba
que danza al tiempo
que viene y pasa.
Nada, nada, nada,
nada nos queda
ni los recuerdos de aquellos días
cuando te diste
todita mía
aquella tarde de luna fría.
Nada, nada, nada,
nada nos queda
solo el recuerdo
del núbil día
en que mi sangre
corrió en la tuya,
cuando tu cuerpo
aferrado al mio
siguió la linea del horizonte
y huía, huía, huía como ella...
Nada, nada nos queda...

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