domingo, 17 de diciembre de 2006

GAVIOTAS . A MI MADRE.

En tules y gasas convertido,
moteado fondo,
donde vuelan raudas
bandadas fugitivas de gaviotas.
-mi vida igual se va a jirones
huyendo, huyendo de su sino-
¡Mirad las! Formación ligera
rompiendo con sus alas,
convertidas en fantásticas banderas,
el cómplice silencio del espacio.
Su vuelo raudo,
sin ninguna prisa,
reflejado en el fondo
de los mares
bajo el brumoso velo
de la aurora,
confunde el níveo tinte de sus plumas
con las vírgenes espumas
que besan y acarician las arenas
de las desnudas, las desiertas playas.
La formación se aleja,
mimetízan su vuelo
entre gasas esparcidas,
fantásticas banderas
se agitan sin concierto
en un adiós imposible
melancólico y profundo...
Y huyen, y huyen mar adentro...
Perfilase en el cielo la bandada
como fugaz saeta
perforando sin ruido el firmamento.
Yo amo su volar ligero,
sus blancas alas al rasgar el aire,
su silencio cómplice
que al morir la tarde,
se van, como se fueron hace tiempo,
-sin decir adiós ni vuelvo-
los besos, las caricias y mi Madre...
Yo las amo
porque al romper el alba
una gaviota blanca,
de volar ligero,
agita sobre mi frente
sus trémulas banderas,
recuerdo fantástico
de sus blancas manos
afanadas en mi fiebre...


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