domingo, 17 de diciembre de 2006

M A D R E

Madre,
te fuiste
y nada dijiste.
Te fuiste,
con la aurora,
sin decir adiós ni vuelvo.
Te fuiste
con el lucero del alba.
Dejaste sobre el sendero
en tu raudo viaje,
un lirio rojo
de roja sangre,
acequia pura
que fue a los mares de mi memoria.
Pétalos rojos
van navegando,
nautas alegres,
raudos ligeros,
recuerdos puros
de largas noches
de suaves na nas
o tristes fiebres
o risas locas...
Tus suaves manos
sobre mi frente...
Madre,
te fuiste.
Te fuiste al alba
y no dijiste
si volverías...
Quedamos solos
los cinco niños
en el naufragio
y dejaste un guia
como el lucero de la mañana,
que nos alumbra,
que nos dirige
y nos recuerda que eres el faro...
atalaya de nuestras vidas.

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