domingo, 31 de diciembre de 2006

El VELERO FANTASMA

A veces, en horas de tinieblas,
perdida el alma en simas no sondadas,
oigo, manes de la memoria
y del sopor de la acidia y la nostalgia,
cruzar en silencio,
velas henchidas al viento,
un velero fantasma...

Cabalga lento sobre las olas,
viene de otros cielos y otros mares,
de fantásticos destinos,
de quiméricas rutas y fascinantes puertos.

¿Cuantas veces, sin saberlo,
habrá surcado las comarcas
agrestes de mi ensoñación?
Poblada de densas brumas,
sin brújula y sin destino,
sin horizonte cierto ni estrella de la mañana,
avanza en la noche fría;
sin puerto que visitar se interna en tierra de nadie...

Y otras veces, como un destello fugaz,
se deslizan en la noche
enjambres de seres enigmáticos,
cada cual con su historia,
de míticos lugares, gentes y ciudades
y travesías infinitas a islas misteriosas
pobladas de monstruos, gnomos, doncellas y sirenas
donde dejaron la vida compañeros de travesías
trasegando con trasmallos o luchando en procelosos mares ...

Yo seguiré a bordo de mi mismo,
de mi velero fantasma,
confiando en que se disipen las brumas,
la acidia y la nostalgia
y cierto de algún día llegar a Itaca...


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