sábado, 20 de enero de 2007

SILENCIO HAY EN LA CASA...


Silencio hay en la casa...
Un silencio de muerte que estremece
Como si nunca hubiera
vivido en ella nadie...
Busco en todas las cosas,
en las fotografías detenidas en el tiempo
y en los objetos queridos y olvidados,
los ecos tumultuosos del pasado
y solo encuentro
el polvo acumulado por los años...
Poblada en otros tiempos
de amores, de arrullos y de mimos
y alegres carcajadas...
¡Oh, inquietud de los niños,
la casa esta vacía!
No es hoy el templo
que acuno pasiones
de enloquecido amor,
de ardiente simetría,
de labios y cuerpos enlazados
en la infinita luz de su negrura...
Poblada estaba entonces
de un jardín florido,
de colores confusos y salvajes,
que siempre me ofreciste
con labios entre abiertos
y tu voluptuosa manera de quererme:
Ese temblor de músculos
y palabras mudas
y miradas cómplices
apenas vislumbradas
por la carne ardiente...
De ese sueño que viví hace tiempo
ya ni palabras quedan
para novelar su historia.
¡Una historia de amor en un vagón del tiempo!
La vida pensando en ti
se convirtió en tormento,
todo placer en un sublime engaño,
toda ambición en una lucha eterna.
Solo me quedan los recuerdos
de un rumor agónico de besos
y un lento palpitar,
como un batir de alas,
en que se ahoga el corazón en su tristeza...







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