sábado, 20 de enero de 2007

ARCILLA


Gritos y gemidos quiebran la mañana,
gritos de dolor y amor de la recién parida.
Son los cristales rotos de una herida,
la luz sangrante de la aurora...

Es una luz que crece y se agiganta
como la sombra de los chopos al morir la tarde,
es el tumulto de la sangre,
la flor abierta de una primavera ardiente.

¡Tiembla la tierra!
¡Gime la arcilla!
¡Se abre una flor
un niño va en su cáliz!

La luz reflejada en sus pupilas
es la luz tímida del alba,
es la esperanza del azul mañana
en la nave frágil de un futuro incierto.

Lleva en su seno, la arcilla, la semilla,
un bello sueño
que se abre paso a paso entre las brumas
y con los años, poco a poco, su luz se va extinguiendo...






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